Viajé a Chicago en 2003 en búsqueda de hebras desconocidas de la historia de Revueltas que pudieran hilvanarse con la narrativa que él hiciera de su vida en aquella ciudad entre 1919 y 1925. Mi investigación reciente sobre la estancia de este compositor en San Antonio y Mobile [1] había despertado mi curiosidad acerca de sus años en Chicago. Me recibió la tormenta de nieve más intensa de la temporada, y me hizo recordar las primeras palabras de la carta que Revueltas escribió a Carlos Chávez en diciembre de 1924 al retornar a Chicago después de una larga estadía en la Ciudad de México: "Blanco y gris, y más blanco y más gris:" [2] Después de seis
años en Chicago, estaba hastiado de tanta nieve.
Por enero de 1919 Silvestre Revueltas y su hermano menor Fermín se encontraban en Chicago. El año precedente Silvestre había completado su preparatoria [high school] en la Saint
Edwards Academy en Austin, Tejas, donde la disrupción del
sistema educativo mexicano había orillado al padre a enviarlos para continuar su educación. Para entonces, Silvestre era ya un prometedor violinista de veinte años, quien había estudiado tanto violín como composición en México. El talento de Fermín estaba en las artes gráficas. Habían sido aceptados, respectivamente, en el Chicago Musical College (CMC) y en el Art Institute of Chicago (AIC), dos de los más prestigiados centros de capacitación en la ciudad.
El CMC había sido fundado en 1867 por Florenz Ziegfeld, padre, bajo el nombre de Chicago Academy of Music, y estaba localizado en el edificio de catorce pisos que ocupa en la actualidad el Columbia College, en los números 624-630 de South Michigan Avenue. El AIC (originalmente denominado Chicago Institute of Design) se encontraba en el mismo edificio señorial neoclásico que ocupa hoy día, en el número 111 de South Michigan; en esa dirección se encontraba entonces el brazo pedagógico de la institución.
La primera dirección de los hermanos Revueltas que encontré aparece en el censo de 1920 y los reporta ocupando cuartos en