Arenal de informar a Joseph Freeman, secretario del John Reed
Clouse de Nueva York, como acuciosamente lo señala Francisco
Reyes de Palma, que hace el prólogo a la edición facsimilar
de
Frente a Frente [1] y que muestra dos cartas prefechadas:
una del 13 de enero de 1934 y la otra del 22 de enero de
1935, en las que José Baños, secretario del Comité Pro
Aniversario del Asesinato de Julio Antonio Mella, solicita
que le envíen un delegado para la creación de la Liga. Lo que
sí sabemos con toda certeza es que en abril de 1934 la LEAR
ya tiene un contingente de treinta integrantes que están
agrupados por secciones: pintores, músicos, teatristas,
educadores y más tarde científicos, arquitectos y cineastas.
El primer número de
Frente a Frente, de noviembre de
este
mismo año resulta paradigmático para el
Frente
Proletario.
Leopoldo Méndez hace la portada retomando la tradición de las
calaveras posadinas: en primer término dibuja,
desinhibidamente, dos calaveras que representan a Diego
Rivera como un rollizo esqueleto trotskista y a Carlos Riva
Palacio, atildado y horrible bigotón; en segundo lugar, en el
podio a Carlos Chávez con un bigotillo hitleriano,
agradeciendo el aplauso del público a su
Sinfonía
Proletaria;