Foro Virtual Silvestre Revueltas
   
 
 
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programa de "orquesta sinfónica" y uno de "pequeña orquesta",
y en este último, el compositor consideró incluir a El
renacuajo paseador
. Aunque, al final, sólo se dio entonces un
concierto y nuestra pieza no se incluyó en él, podemos
concluir, por lo menos, en qué versión estaba pensando
Revueltas para su ejecución: presupuestó en 1938 un flautín,
dos clarinetes en Si bemol, dos trompetas, trombón y tuba;
cuatro percusionistas, ocho violines primeros, ocho violines
segundos y cuatro contrabajos, con opción de descontar un
percusionista o un contrabajo. Es decir, la dotación de la
versión de 1936, con las cuerdas duplicadas.

El renacuajo paseador regresó a la vida sonora en 1940,
cuando se integró por fin a la escena; su integración,
empero, no fue con los títeres, sino con bailarines de carne
y hueso. En ese mismo año se fundó la compañía de danza La
Paloma Azul con el concurso de Anna Sokolow y de destacados
exiliados españoles, entonces recién llegados a nuestro país.
Sokolow le pidió a Revueltas la música para una coreografía y
éste, más bien, encontró la posibilidad de dar por fin la
salida escénica que siempre había querido dar a su querida



 

partitura del renacuajito; la colaboración se antojaba
favorable y con un sentido funcional más adecuado, pues la
naturaleza dancística del nuevo espectáculo evitaba cualquier
riesgo de problemas con el texto original de Pombo, como se
habían presentado ante los títeres.

En su nueva versión de pantomima coreográfica, El renacuajo
paseador
formó parte del tercer programa de abono de la
primera temporada de La Paloma Azul, presentado el 4 de
octubre de 1940 en el Palacio de Bellas Artes. Como lo ha
contado más de una vez la leyenda, esta vez terriblemente
cierta, Silvestre Revueltas no pudo asistir al estreno que
tanto había anhelado, pues fue la noche de su agonía, que
siguió hasta su muerte en la madrugada. La mala nueva dominó
la atención de los cronistas musicales, de tal manera que se
le dedicó en la prensa, naturalmente, más espacio a llorar al
malogrado autor que a comentar su obra. Es significativo que
lo poco que se habló de El renacuajo apenas tuviera en cuenta
la antigüedad real de la música; Gerónimo Baqueiro Fóster sí
lo mencionó de pasada: "Cuando ya muy pocos recordaban El
renacuajo paseador
, Anna Sokolow quiso darle objetividad,

 
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