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?> mantenimiento de una
ilusionada frescura, de un ambicioso entusiasmo, de un vigilante ímpetu
andador. La primera hazaña, digo, es dar con la entraña de lo
propio. Los obstáculos que ha de salvar en esto (o de conjugar
con superior esfuerzo) el creador latinoamericano son tan tercos como
traidores. Sospecho que en la música tales obstáculos son más
numerosos y aleves que en lo plástico y lo literario; porque son más los
desfiladeros de lo pintoresco y lo irrelevante. La línea de la
escultura o la arquitectura indígena tiene una realidad escueta,
inmediata, aprehensible. El verso no ha de intentar las formas rítmicas o
estróficas de las viejas civilizaciones, aunque deba
insuflársele material y matiz nacionales. Lo musical, en cambio, ha quedado
presente y vive en medio de innumerables e huidizas expresiones
regionales, metido, con mayor o menor autenticidad, en las formas
españolas y mestizas. No todos los mexicanos conocen las grandes
edificaciones precortesianas; pocos, la poesía de sus padres americanos;
la mayoría, en cambio, vibra en la asombrosa variedad y en
el garbo sostenido de su música popular. Espigar en este campo dilatado y
proteico, separar lo pegadizo y apartar lo
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efímero, tomar la esencia de lo propio para ofrecerle caminos en las
formas modernas más prestigiosas, es tarea que pide tiempo, gracia y
garra.
Esta primera gran tarea fue realizada insuperablemente
por Revueltas. El mexicanismo de su música tiene la categorí
a de un logro histórico. Nada más lejos del tipicismo habitual, del
localismo canijo, de la resonancia consabida. Ninguna síntesis tan
espontánea, erguida y jugosa. Desde su música se mira hacia lo de
afuera con todas las armas a punto.
La segunda fase del magno
trabajo, infundir el legítimo tono nacional en cauces de universal
altura, complementa e integra la rara excelencia de su obra. Los
auditores lejanos y exigentes comenzaron por dar beligerancia a la
música de Revueltas en razón de su sabiduría técnica, de la
estructura y dignidad de sus realizaciones. Reconocida la maestría,
la calidad, vino la indagación de sus galerías íntimas, de sus inquietas
potencias dominadoras. En lo musical ha tenido Latinoamérica pocas
voces tan sabias y auténticas, tan originales y logradas. El gran
secreto de su estatura está en
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